Gracias a sus testimonios pude encontrar el hilo conductor de aquellas evidentes transformaciones: El amor; por amor a ellos decidieron emprender el camino hacia su propio cambio de mentalidad.
Actualmente he incluido a mis programas una «mentoria especial» que ¡me llena de ilusión! Diseñada para mujeres que al igual que yo, presentan algún tipo de discapacidad o condición crónica que las ha hecho sentir aisladas o poco atractivas y están decididas a recuperar la seguridad en sí mismas y su belleza excepcional.
En tal sentido me proyecto siendo útil para éste colectivo, en mi opinión, desatendido, el de éstas especialísimas mujeres.
Con mi reciente arribo a tierras europeas, se abre para mí la gran posibilidad de prestar un servicio al adulto mayor. Se trata de «conversaciones que alegran el espíritu» : incentivar al disfrute desde la conversación anecdótica alegre. De esta forma inducir al pensamiento feliz, cuidadosamente, respetuosamente y con mucho amor. El mayor desafío no es la vejez, es la soledad y la tristeza.
Lo nuevo viene así:
Para ellas: Deseo brindarles un espacio a través de mi mentoría para la recuperación de su valor y feminidad. ¡Derriba los muros de tu discapacidad!
Para el adulto mayor: Mi propuesta es hacerles visitas en su domicilio o en su centro de cuidados y acompañarlos. Sé por experiencia que ésta posibilidad de ser escuchados o que se sientan mimados de alguna forma, es absolutamente reconfortante, tanto para mí, como para ellos que poseen tanta sabiduría y están siempre dispuestos a compartirla desde la poderosa simpleza de sus anécdotas de vida.
Al mismo tiempo combatimos juntos, aunque sea por esos preciosos instantes, el gran flagelo de la soledad y la falta de risas en edades en la que sólo deberíamos todos sentir regocijo por estar vivos.